Introducción Histórico-Artística 

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ERMITA DE SANTA OLALLA (O SANTA EULALIA): Se le atribuye el origen romano ya que, según antiguas tradiciones, vivió aquí en este lugar la que después sería mártir Santa Eulalia, patrona de la ciudad de Mérida. El templo se levantaría en época visigoda y así podemos apreciar vanos de herradura y algunos elementos decorativos aunque a nuestros días ha llegado totalmente transformado debido a las obras llevadas a cabo desde el siglo XVI. La ermita es de planta rectangular con ábside algo más estrecho pero también rectangular. La nave central va cubierta con bóveda de medio cañón y lunetos. Todo el edificio es de mamposteria excepto la cabecera que es de sillería de granito. En su interior tiene diferentes piezas de arte mueble aunque a día de hoy, los dueños de la finca donde se encuentra, lo utilizan más como almacén que como edificio religioso.

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ERMITA DE SAN BENITO: El primer eremitorio y posterior cenobio fue levantado en época visigoda, alcanzando inmediatamente una reconocida importancia. El monasterio fue fundado por la Orden de Benedictinos, ésta última rodeada siempre de misterio ya que estaba estrechamente vinculada a la orden de caballería de los Templarios. Se trata de un edificio con unas dimensiones de veinte metros de largo por catorce de ancho, con tres naves separadas por arcos ojivales, y distintas estancias a su alrededor lo que nos indica que podía tener una hospedería para acoger a los muchos mendigos y enfermos que hasta allí llegaban en busca de paz y consuelo. Muchas de las obras de arte mueble se han perdido o han llegado a otros centros religiosos como la cercana Iglesia de San Eugenio en el Poblado de Aldea Moret. Hace pocos años y después del continuo abandono llevado a cabo durante el siglo XX, se han realizado obras de rehabilitación que le dan el aspecto actual.

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ERMITA DE SANTA LUCÍA: Fue construida a finales del siglo XV, aunque lo más visible es la obra del siglo XVI. Se trata de un edificio de una sola nave de tres tramos, con cabecera polígonal con cierre a través de bóveda ojival estrellada sobre ménsulas y con clave central. El material empleado es mamposteria a excepción de los contrafuertes y los apoyos de los arcos. Toda ella está cubierta con tejado a dos aguas estando más alto la cubierta del ábside anteriormente referido. Adosada está la antigua dependencia donde vivían los ermitaños, hoy usada de sacristia-almacén. Precede a la propia ermita un pórtico a través de dos arcos de medio punto donde se conservan tres escudos en piedra de las familias Ovando, Mogollón y Pereros. En la actualidad y ya en su interior, conserva un discreto retablo del siglo XVIII, con columnas salomónicas y muy repintado, que alberga una imagen de Santa Lucía y otra de Sta. Catalina, también del siglo XVIII. Detrás de éste retablo se encontraron unas pinturas que representan distintos motivos de la Pasión, de autor desconocido y fechada según algunos estudios a finales del siglo XVI.

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YACIMIENTO ARQUEOLOGICO ROMANO CUARTO ROBLE: Situado en una pequeña colina de escasa altura sobre la llanura circundante, asentados sus cimientos sobre roca viva, consiste en una torre de vigilancia cuya misión fundamental era defender y vigilar el entorno de una villa romana situada al pie de la colina, al sur, sus moradores y campos de cultivo. Probablemente contaba con un pequeño destacamento de soldados: su misión principal no era defender sino, seguramente, disuadir por su situación estratégica. La torre debería tener en su origen dos pisos de altura con una altura de 10-12 metros sobre el nivel del suelo.Los restos visibles en la actualidad son de factura musulmana, aunque en su muralla oeste pueden verse varias hiladas de bloques romanos perfectamente escuadrados así como restos de tejas romanas, vasijas o piedras que han sido removidos de su posición original debido a las labores agrícolas desarrolladas en este paraje.

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Miguel Ángel Mendo Pérez,

Historiador del Arte

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